4 de abr. de 2020

Mi adolescencia que vuelves en la distancia*


Hoy me entero de que ya no está con nosotros. O eso dicen, porque la persona que le ha puesto letra y banda sonora a buena parte de mi vida, difícilmente podrá abandonarme, por más que un parto inverso1 se empeñe en dejarnos sin su cuerpo. Nunca tuve la oportunidad de conocerle personalmente, aunque creía comprender muy bien (al igual que muchos otros devotos) lo que soñaban sus manos o cómo gritaban sus lienzos.

Hace 30 y tantos años que adquiría un disco suyo por primera vez. Lo hacía con grandes esfuerzos y en formato cassette, porque en casa –que éramos muy humildes- no teníamos tocadiscos. Llegaba aquel Nudo después de asistir a un concierto en el que, a pesar de las condiciones acústicas (en aquellos tiempos tampoco sabíamos ser muy exigentes con esto) descubría un nuevo universo al que me fui sumando con la misma cadencia que él imprimía a sus trabajos. Se unió esta cinta a aquellas primeras canciones que han ayudado a formar y conformar el adolescente que fui, convirtiéndome, poco a poco, en un giraluna más y descubriendo, también paso a paso, que la verdad no es lo evidente sino su mitad2.

A través suyo, el adolescente descubrió a Hölderlin, Celan o Truffaut, empatizando rápidamente con aquel Antoine Doinel que corría para ver el mar por vez primera. Un mar convertido en un niño que canta sobre 40 prisiones3, en aquel primer encuentro en que veía sus ilusiones transportadas por las olas, haciéndole entender –tal vez- que el hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona4.

Fue así, preguntándonos si es el alma principio o final, o armonía del bien frente al mal5 cómo su música y yo hemos ido creciendo; adquiriendo consciencia de que vivir es más que un derecho6 y de que las cicatrices no ayudan a andar7. Aprendimos que todos los caminos conducen a Roma8 algunas veces, abrazando mis propias mentiras9 y otras veces, explorando la aventura de los limones salvajes del Caribe10; pero siempre, siempre hasta el momento, enlazados cuerpo a cuerpo y recorriendo las espumas hasta el fin del universo, donde nace el universo, cuando estalla el universo11.

Yesterday
love was such an easy game to play...
12

* Extraído de la canción Recordándote, de Luis Eduardo Aute
1 Extraído de la canción La mala muerte, de Luis Eduardo Aute
2 Extraído de la canción No te desnudes todavía, de Luis Eduardo Aute
3 Extraído de la canción A por el mar, de Luis Eduardo Aute
4 Extraído del libro Hiperión o el eremita en Grecia, de F. Hölderlin
5 Extraído de la canción Libertad, de Luis Eduardo Aute
6 Extraído de la canción Libertad, de Luis Eduardo Aute
7 Extraído de la canción De paso, de Luis Eduardo Aute
8 Extraído de la canción Sin tu latido, de Luis Eduardo Aute
9 Extraído de la canción Dentro, de Luis Eduardo Aute
10 Extraído de la canción El ascensor, de Luis Eduardo Aute
11 Extraído de la canción El Universo, de Luis Eduardo Aute
12 Extraído de la canción Yesterday, de Lennon y McCartney, citada en Recordándote, de Luis Eduardo Aute

2 comentarios:

  1. Qué emocionante. La verdad es que ha sido un mazazo. Yo llevo todo el día escuchando sus CD, mañana lo haré con los LP. Y qué gran poeta era. Y yo siempre lo admiré como compositor y cantante. Hizo de todo y todo bien. Es para mí el mejor de los cantautores filósofos.

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  2. Gracias. No sabía cómo explicarle a mi hija pequeña lo que había significado para mí, pero lo cierto es que su poesía, su pintura y hasta lo que creo adivinar sus complejos o su moralidad... me han acompañado a lo largo de la vida. Un saludo

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