Ya nada es lo mismo en el panorama político español. El 15M,
las listas de Falciani, la crisis económica y un Ejecutivo extemporáneo en la
Moncloa favorecieron la irrupción de Podemos. Desde las pasadas elecciones
europeas, el modo de hacer política y de comunicar ha dado un vuelco, aunque no
siempre para bien. Ha llegado la hora del recambio generacional y, lo que es
más importante, de un cambio real en la manera de entender la soberanía del
Estado y su participación en los procesos políticos.
Este pasado fin de semana tuve la ocasión de acercarme hasta
el Palacio de Vistalegre, en Madrid (en otros tiempos plaza de toros, escenario
de la represión franquista y, no hace mucho, espacio talismán del PSOE) para
asistir a la asamblea constituyente de Podemos. Lo hice como espectador de lo
que consideraba podría ser un hecho histórico, pero también con agradecimiento
a este grupo de personas que nos han devuelto las ganas de participar en
política y de creer que las cosas se pueden hacer de otra manera. Sólo estuve
el primer día, pero no quiero dejar de plasmar en esta entrada algunos de los
hechos y de las sensaciones que pude percibir en el acto.
Más allá del retraso en el comienzo, de las dificultades
para acceder al pabellón o de los problemas continuados con el sonido en lo que
parecía una suerte de improvisaciones provocada por la falta de experiencia o
el exceso de voluntariado, he querido observar una planificación casi
milimétrica de los tiempos, los discursos y la imagen proyectados por la
organización de la asamblea. Si en algún momento Podemos sólo supuso un juego,
una apuesta o una bofetada a la situación política actual (que no lo creo);
hoy, después de la movilización generada en todo el Estado, de devolverle a la
ciudadanía el interés por decidir e intervenir en lo que les afecta, el partido
de los círculos se ha convertido en una alternativa seria de gobierno, incluso
con las mejores perspectivas posibles. Y todo esto en sólo 6 meses.
Pablo Iglesias (frío, calculador y respetuoso hasta la
inverosimilitud) se convierte junto a J. Carlos Monedero (con una fuerza y
energía insultantes, además de unas habilidades que facilitan la cohesión
interna) en una versión mejorada del tándem González-Guerra, protagonistas de la
primera década de la transición española.
Por otra parte, si ha pasado a la Historia el último
congreso en el exilio del PSOE, en 1974; con un partido renovado que dejaba de
lado el marxismo y la dimisión preventiva de un Felipe González que salía
fortalecido de Suresnes; Vistalegre fue testigo de hechos y discursos de los
que, sin duda, se hablará en el futuro. El desplazamiento de Podemos hacia un
espacio más central en busca de un cleavage que aglutine a más electores, el
aviso de Pablo Iglesias de hacerse a un lado dentro del partido si no triunfa
su propuesta o el enérgico discurso sin aplausos, cargado de mensajes que el
líder de la formación quería se escucharan en su totalidad dan buena muestra de
ello.
Podemos 5G va a convertirse en un referente de la
participación e interacción en una asamblea. Una participación mayor de la que a menudo se va a poder conseguir a través de los círculos. La
interacción fue total e incluso –por momentos- “excesiva”. Se podían seguir las
ponencias en vivo o en streaming, a través de la voz del ponente, de los signos
del/de la intérprete o de los subtítulos y se podía opinar y votar en directo a
través de la aplicación appgree, de facebook o de twitter. Y todo esto de modo
gratuito, con una conexión WI-FI abierta para todas las personas que medio
llenaban la chata.
Para cerrar la asamblea, otro acierto más. El himno de una
transición que nunca dejó de estar en tránsito. Sonaba L’Estaca, de mi admirado
Lluís Llach, como reclamando el protagonismo de aquella transición inacabada,
aquel cambio que fagocitó durante décadas el significado de esta palabra en
España y que ahora se impone la necesidad de revisar –en libertad, sin
ataduras- un nuevo marco de convivencia. Más relevante aún la canción por
encontrarnos en un momento en el que en Catalunya se está gestando un nuevo
status político. Aunque de modo testimonial, sirvió además para llevar a
Vistalegre una de las lenguas españolas, aparte del castellano y la lengua de
signos que tuvieron presencia en la totalidad de la asamblea.
Podemos se enfrenta a contrincantes, rivales y enemigos. Una
de sus debilidades consiste en ser objetivo de crítica para el resto de
partidos políticos quienes –cada uno a su manera- rehusan compartir espacio con
un nuevo inquilino.
Por el contrario, esta debilidad se convierte en fortaleza, al ocupar día sí y día también, espacios centrales en casi todos los discursos políticos del Estado. Que si son amigos de Venezuela o de Irán (les acusan quienes hacen negocios con Arabia o Marruecos). Que si son populistas (les acusa quién llama a un programa de cotilleo para comunicar con la ciudadanía o propone funerales de Estado para víctimas de violencia machista). Que no condenan a ETA ni a supuestas dictaduras latinoamericanas (les acusan quienes financiaron la dictadura de Videla en Argentina o siguen sin condenar la del general Franco). Que si van a acabar con el trabajo y la riqueza de todos los españoles (les acusan quienes llevaron al país a la actual situación con una deuda equiparable al 100% del PIB, un paro del 25% y un lugar preferencial en el ranking mundial de corrupción)…
Por el contrario, esta debilidad se convierte en fortaleza, al ocupar día sí y día también, espacios centrales en casi todos los discursos políticos del Estado. Que si son amigos de Venezuela o de Irán (les acusan quienes hacen negocios con Arabia o Marruecos). Que si son populistas (les acusa quién llama a un programa de cotilleo para comunicar con la ciudadanía o propone funerales de Estado para víctimas de violencia machista). Que no condenan a ETA ni a supuestas dictaduras latinoamericanas (les acusan quienes financiaron la dictadura de Videla en Argentina o siguen sin condenar la del general Franco). Que si van a acabar con el trabajo y la riqueza de todos los españoles (les acusan quienes llevaron al país a la actual situación con una deuda equiparable al 100% del PIB, un paro del 25% y un lugar preferencial en el ranking mundial de corrupción)…
El stablishment en
pleno critica a Podemos convencido de que entre todos evitarán que se cuele alguien
con las malas intenciones de [re]mover sillones y cajones. Aún así, más de uno
mira con recelo y a solas cada noticia que genera el nuevo partido político
antes de apurar con la comida un salario mínimo interprofesional servido frío en
su copa.
Haciendo una interpretación libre del cui bono podríamos hacernos la siguiente pregunta: "¿a quién perjudica Podemos, a quién castiga?". La respuesta que nos están facilitando políticos y estómagos agradecidos es: a todos los partidos que pisan moqueta. En este sentido, es fácil imaginar cómo el partido de Iglesias sigue aglutinando apoyos de electores que quieren/necesitan castigar a quienes nos han conducido a esta situacin, camino de convertirse en la Siryza española.
Haciendo una interpretación libre del cui bono podríamos hacernos la siguiente pregunta: "¿a quién perjudica Podemos, a quién castiga?". La respuesta que nos están facilitando políticos y estómagos agradecidos es: a todos los partidos que pisan moqueta. En este sentido, es fácil imaginar cómo el partido de Iglesias sigue aglutinando apoyos de electores que quieren/necesitan castigar a quienes nos han conducido a esta situacin, camino de convertirse en la Siryza española.
Sorte de poder estar. Ésas aperturas son coma no xadrez... solo unha vez cada partida
ResponderEliminarUn placer poder haber compartido este momento histórico. Esto es lo que necesita nuestro maltrecho pais. Sí se puede!!!...
ResponderEliminar