Para alén das múltiples mensaxes vitoriosas que van ir
desfilando polo medio dos nosos salóns en boca de políticos e estómagos
agradecidos que fixeron da falacia e da hipocrisía o seu xeito de vida, que
facemos agora?
Com anem a gestionar un Estat en el
qual gairebé el 5% de la població de l'Estat acaba de votar que no vol seguir
formant part d'Espanya. Pitjor encara quan aquest 5% es concentra en una
nacionalitat on representa al 50% de l'electorat.
Los medios y políticos oficiales del régimen se han hartado
de repetirnos día a día que votar a Junts pel Sí o la CUP era votar a la nada,
a la corrupción, a la salida de Catalunya de la UE o a la ausencia de un programa
de gobierno. Y aún así, 5 de cada 10 electores catalanes se decantaron por una
de estas dos opciones.
Esta si que é umha herdanza recibida en forma de patata quente. E pior se ven as cousas cuando o resto do eleitorado non escolleu claramente a opción de continuar a mesma relación co Estado. Desde as forzas políticas que non apostaban pola independencia de Catalunya, atopamos propostas para umha Espanha Federal, para umha reforma constitucional ou mesmo para un proceso constituínte.
Anem a començar a dialogar o
continuarem emprant la política com un arma llancívola que ajudi -des de
posicions integristes- a seguir construint una línia maniquea que amenaça amb
arrelar en els nostres cervells?
Atrás quedaron los tiempos de las risas, del souflé catalán,
de la recogida de firmas contra el Estatut, del boicot al cava catalán y/o a
los productos catalanes, de los múltiples recursos judiciales contra medidas
emanadas del Parlament de Catalunya, de la preferencia manifestada por una
empresa alemana antes que por una catalana para gestionar parte de nuestra
energía, de la reforma ad hoc del TC para intentar evitar la delaración
unilateral de independencia. Llega la hora de hacer Política, y no de vivir de
la política; la hora de dialogar y no de crispar; la hora del respeto y no del
menosprecio. Y en esa hora no caben personajes de tan bajo perfil como los que
hemos estado sufriendo durante los últimos años en el conjunto del Estado.
Y si no, si creemos que los procesos judiciales pueden dar respuesta
a todo (creencias e ideologías incluídas), ilegalicemos el Alzheimer o la ELA y
hagámonos la vida más fácil a todos.
* Disculpas por el mal catalán empleado en esta entrada
A situación invita a unha grande reflexión, e a decatarse que atacando non se vence, xa que, en moitos casos provocase o efecto contrario, unha costume que ten o goberno estatal, en vez de entender a situación e o sentir social e político das rexións que conforman estado.
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